viernes, 13 de enero de 2012

Te vi venir

Y es que tendría que darte las gracias por inspirarme, por hacerme ver que yo valgo mucho más que nadie. Te odian, la gente no te entiende. Yo siempre dije que tú eras para el que sabe comprenderte y yo te entiendo; espero que también puedas saber lo que siento.


Siempre quise darle un giro de vida a mi tuerca. 
Maquiné para ello mil formas de besarte de cien maneras diferentes con cada letra que te escribía. Aún sabiendo que al besarte la tuerca daría tal giro que podría helar el mismo fuego que sin vernos se había encendido, recordé que hay llamas que ni con el mar se apagan.
También descubrí que solo soy miope para lo que quiero, que puedo ver tus ojos aunque estés a kilómetros y los tengas cerrados.
Reconozco que siempre he sido amiga del destino pero juro que ahora quiero casarme con él.
Advertí que solo soy amable con el viento porque ondea tu pelo. Que solo me gusta el humo cuando sale de tu boca. He descubierto que sabes a fresas, que "los besos de ciertas bocas saben mejor". Que hay voces a las que te acostumbras y que luego ya no puedes estar sin ellas. 
También sé ahora que los bolígrafos acarician, que las piernas sirven para algo más que para andar, que cogerte de la mano es un vicio del que no me voy a desquitar por el momento.
He entendido aquello que decía García Márquez: que cuando te escucho reír entiendo porque se le tiene miedo a la muerte.
He descubierto que puedes arrancarme el corazón solo con mirarme y hacer con él lo que quieras. Pero tranquila que voy a dejarte, que a estas alturas ya es más tuyo que mío. 
Sí, la tuerca es mi corazón. Ahora tú eres mi vida.

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