miércoles, 1 de agosto de 2012

Vicios y placeres


Hay millones de placeres en esta vida.
La mayoría suelen ser desconocidos con 19 años, pero yo he conocido tantos placeres...
Tomar un café con hielo a las cuatro de la tarde de un Julio apremiante, conocer la inspiración a una edad realmente temprana, verte despertar día sí y día también.
He conocido el placer de las reconciliaciones, el placer de nadar de madrugada en el Mediterráneo, el de reconocer tu olor en el aire a más de 90 kilómetros de ti, el placer de que ya no duela.
He adquirido con el tiempo la capacidad de aprovechar la vida y eso, amor, se disfruta, créeme.
Pasé tiempo inmersa en los exquisitos placeres que provocan los círculos viciosos que sin ti son igual de duros que la piedra de mi mechero y, aún así, supe saborear cada uno de ellos y repetir.
Desaproveché mi cuerpo en malos placeres. Mi vida ha cambiado tanto desde que no estás...
He conservado los pocos vicios que se salvaban de hacerme daño y, con todo, he encontrado placeres mayores que tú.

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