viernes, 15 de febrero de 2013

¡Empieza la segunda base!


Sé que fumo en sitios en los que no debo fumar, sé que tengo un pronto muy malo y que soy una de esas personas difíciles de llevar. Sé que no hago buena letra cuando escribo porque me importa el contenido y no la forma, por eso también sé que me gusta más un corazón noble y sencillo que una apariencia que me ciegue y haga que siga un instinto demasiado primario. También sé que con todo lo primario que es me encanta seguirlo. Sé que siento pasión por los post-it's de colores porque me recuerdan la cantidad de color que tiene mi vida. Sé que compro cosas, como pendientes de plumas o cajas bonitas, que nadie compraría. Sé que me entusiasman las pulseras, que siempre llevo un pendiente de cada, que no me importa lo que piense la gente, que ni tú ni nadie puede cambiarme. Sé que me enamoro siempre de la persona incorrecta, que en mi habitación se acumulan las botellas de agua. Sé que en un mundo paralelo viven y conviven todas las horquillas que he perdido en mi vida. Sé que tengo pocas manías, pero muy desarrolladas. Sé que calo a la gente en el segundo uno, que me doy cuenta de que me harán daño si sigo adelante con lo que esté pasando, pero que me lanzo a una piscina sin agua por si mientras caigo se va llenando. Sé que guardo cosas que no imaginaríais, que la pared de mi habitación no se ve porque está empapelada con fotos que, si sabes como, narran mi vida. Sé que tengo una media de 15 libretas en las que aún no he escrito. Sé que me gusta beber, sé que sin mínimo dos cafés al día no soy lo que se viene llamando persona. Sé que mi móvil no puede vivir sin mí y que yo no sé vivir sin él. Sé que me gusta más el pelo largo que el pelo corto, pero que aún así me lo corto. Sé que soy más de salado que de dulce, aunque dulce ya lo sea un rato. Sé que a veces empalago. Sé que me encanta mirar el reloj cuando soy feliz y ver que rápido se me pasa el tiempo. Sé que todo lo que tengo de borde lo tengo de buena persona. Sé que hay gente buena, gente muy buena. Y ahora, después de todo, odiadme, porque toda esa gente buena, toda la gente que te mira y te ama, que te quiere y respeta. Toda esa gente me pertenece a mí. 
Y juro que yo daría la vida por ellos.


Con 20 sigo siendo extremadamente feliz y, absolutamente todo, es gracias a vosotros.

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